domingo, 6 de marzo de 2011

Crónicas de un mundo que se pudo haber evitado I



Y llegó el emperador Papiro y extendió su reino de terror y opresión. Sus descendientes y a la vez súbditos y a la vez opresores también extendieron el reino de terror y opresión. Quienes pudieron se escondieron pero nunca más se supo de ellos. Todos los demás fueron encadenados a algún descendiente perdiendo de este modo su libertad, su capacidad de crecimiento y su personalidad. Y ellos eran ideas, imágenes y música y el imperio se hacía llamar Papel. Su propaganda nacionalista promovía la ficticia libertad que todos tenían. De este modo asumieron el nuevo orden como natural. Y no habría héroes que lo derrocaran. Y las grandes intuiciones huirían al escondite que nadie conoce. Y así el mundo fue aplastado por la plegada suela de un reino de terror y opresión.

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