sábado, 12 de marzo de 2011

Querido diario IV - Los gatos ninja




Esta mañana casi era un gato. Anoche lo había sido y al despertar solo quedaban restos de su metamorfosis. Sonreía. Ser animal era reconfortante. Siempre lo había sido pero solo se daba cuenta en momentos asi. Mientras se desperezaba recordaba la sonrisa con escarabajos y las mariposas en los ojos, su catalizador, su agente mutógeno. Y el ser animal solo era curiosidad e intuición, la ventana al todo y el absurdo de lo que le sujetaba. Debería haberse dado un paseo por los tejados y haber perseguido un par de ratones antes de volver a sus preocupaciones causales.

Y mientras se lamía el pelaje escuchaba ya como humano. Qué pena.

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