domingo, 24 de julio de 2011

Querido diario VIII - Siempre a medio camino




La luz del sol trazaba recuerdos en mi almohada. No conseguía levantarme, el triunfo no es buen cebo. Mucho tiempo sin olgazanear. Veía cómo se iluminaba, cómo poco a poco se iba llenando de color y cómo el aire le ayudaba a arrastrar pasados. Y deseé. Pero mis víctimas siguen siendo el vacío y Herman Hesse, aunque hoy buscaré alguna nueva, quizás el señorito Mann ,el señorito Orwell, o el maleducado de Bukowski. Y tengo que solventar unas deudas con Satie, pero deberá esperar unos días hasta que la mercancía sea entregada. Y no soy capaz ni de colocar dos notas en cinco compases.

Y sin embargo hacía mucho tiempo que no veía esta luz reflejada en mi almohada.

viernes, 10 de junio de 2011




Deshojo mi imaginación mecánicamente, pulsando y cediendo mientras se embotan mis oídos. Rasgo el tiempo con tranquila impaciencia y comienzo a mecerme en quizás sin arrepentimientos. Una espina que saldrá cuando llegue la primavera y broten batidos en todos los trenes que sólo llevan stuff. Trenes que juegan con el tiempo y la ilusión ajena de forma monótona. Si se decidieran por lo menos a participar en estudios de ruido...

Sólo dos palabras para detenerlo todo, imposibles de pronunciar hasta que el viento huya al Paseo de los Jardines Efímeros.



Aconsejado por Nono y Braque

lunes, 23 de mayo de 2011

Diario VII - Tarde, siempre tarde



...
La gama de grises explotando en medio de un susurro y las dudas murmurando tras la ventana.

Espejos enfrentados.

Semejanzas de tonos clandestinos abultados entre cojines y sábanas.

La patología que asegura grandes incertidumbres.

Y todo.
Y todo.
Y gris.
Y montones de papeles para quemar sueños.
Y tú.
Y no-tú.
Y.
.
...

miércoles, 11 de mayo de 2011

Diario VI - El cazador



Hastiado y sin rumbo recorría las calles vacías. Vacías como si les hubieran quitado el tapón y las hubieran volteado. Ahora, como entonces, en busca de una estrella. Max le acompañaba pero no era él. Los gatos huían de sus pasos rítmicos y amortiguados. Él, atento al desafío de los ninjas urbanos que ya no habitaban sombras.

Y su mala estrella era preguntarse.

lunes, 21 de marzo de 2011

Querido diario V - Más ninja que nunca




Se lamió el pelaje por segunda vez en su existencia. Había hecho mortales con las miradas y todavía sentía los chackras a máximo rendimiento. La insignificancia de haber perseguido un ratón le hubiera hecho sentir un depredador hecho y derecho, pero prefirió el no-camino, escogió no-andar y fue más eficaz a la hora del enfrentamiento. Un enfrentamiento brutal, tuvo que predecir todos los movimientos del adversario pero salió victorioso. No ronroneó.

Volvió sintiéndose otra cosa y hoy no se olvidó de pasear por los tejados.

sábado, 12 de marzo de 2011

Querido diario IV - Los gatos ninja




Esta mañana casi era un gato. Anoche lo había sido y al despertar solo quedaban restos de su metamorfosis. Sonreía. Ser animal era reconfortante. Siempre lo había sido pero solo se daba cuenta en momentos asi. Mientras se desperezaba recordaba la sonrisa con escarabajos y las mariposas en los ojos, su catalizador, su agente mutógeno. Y el ser animal solo era curiosidad e intuición, la ventana al todo y el absurdo de lo que le sujetaba. Debería haberse dado un paseo por los tejados y haber perseguido un par de ratones antes de volver a sus preocupaciones causales.

Y mientras se lamía el pelaje escuchaba ya como humano. Qué pena.

domingo, 6 de marzo de 2011

Crónicas de un mundo que se pudo haber evitado I



Y llegó el emperador Papiro y extendió su reino de terror y opresión. Sus descendientes y a la vez súbditos y a la vez opresores también extendieron el reino de terror y opresión. Quienes pudieron se escondieron pero nunca más se supo de ellos. Todos los demás fueron encadenados a algún descendiente perdiendo de este modo su libertad, su capacidad de crecimiento y su personalidad. Y ellos eran ideas, imágenes y música y el imperio se hacía llamar Papel. Su propaganda nacionalista promovía la ficticia libertad que todos tenían. De este modo asumieron el nuevo orden como natural. Y no habría héroes que lo derrocaran. Y las grandes intuiciones huirían al escondite que nadie conoce. Y así el mundo fue aplastado por la plegada suela de un reino de terror y opresión.

viernes, 25 de febrero de 2011

Dear diario III




Decidido a condensarme en una mus de ideas hasta que morfeo consiga noquearme.Y todo por nada. Y las vías del tren no están afinadas. Y los sueños son violines y pianos, o pialines extendidos. ¡¡Tiembla gelatina!!

Tic, tac.

Y ahora lo que sueñas es la realidad.Y la realidad son pentagramas. Y los pentagramas no son trigramas. Pero,

tic,tac.

Ahora los pentagramas y los trigramas esperan fuera del Tao. Y las vías son estudios de ruido.



segundero - 8 , yo - 0

4'33"

miércoles, 23 de febrero de 2011

Querido diario II



Tras un tiempo arriesgando necesito otra pequeña dosis de mí, unos minutos frente a esos espejos que...

Busco un organizador cerebral para emplearlo a jornada completa, un domador de ideas que las mantenga a raya pues me persiguen y amenazan anytime and anywhere. Son tantas, y tan curiosas, y tan sutiles, y tan suerte de atisbo de algún tipo de cleptomanía latente, y tan... Si sólo tuviera el tiempo necesario para sublimarlas a través de las palabras... Pero sería ponerles grilletes, castigarlas a evolucionar en un rincón. Me intimidan. Cuando llego aquí dispuesto a denunciarlas ya se han escondido de los blancos y negros del presente para visitar sórdidos sepias esperando momentos más seguros en que proseguir con sus actos vandálicos.

La vida es como... No. Mi vida es como cuando te cruzas con gente y sigues andando, o como darle patadas a una piedra y perseguirla para maltratarla again, o como soplar el café y que se empañen las gafas, o como cuando se cae algo y no te quedas tranquilo hasta que lo recoges, o como los relojes que se atrasan sin razón aparente, o como...

O como o me muero, como todos.

Y mantengo la cordura gracias a "Rayuela" y "Pierrot Lunaire".

lunes, 14 de febrero de 2011

Sintonizando



Saltaron desde Plutón sin codificadar. Se sentían televisores, pantallas a realidades imaginadas, mundos paratópicos, espacio soñado. Pero si había algo seguro es que también tendrían cielo. Es raro pero las personas siempre lo imaginan en sus microcosmos, quizás como signo de o como áspera caricia de, pero se aferran a esta posibilidad de existencia como si el gris les fuera en ello. Así se asomaron a sus pequeñas ventanas y se quedaron estupefactos al ver la programación. Eran sus vidas, sus televisores, pero algo completamente extraterrestre. Quizás por el pánico que les producía el fondo. La señal que recibían, incongruente, no sintonizaba con la idea que habían tenido siempre, no de lo que percibían sino de lo que transformaban, y aún así difería. Nubes sabor ron. Bocanadas de hojas. Y toda su vida, sus realidades, sus acciones… en fin, todo aquello que les definía era cielo en realidad. Escapaba entre sus dedos, se filtraba y empapaba sus entrañas dejando la piel seca. Siempre habían buscado trapos rojos y azucarillos en el suelo. La suerte sólo era resignación en potencia y su vida un decorado. Ellos eran algo más, estaban detrás y delante de la cámara al mismo tiempo mientras se grababan. Todo su mundo era un televisor y ellos un pedacito de cielo.

martes, 8 de febrero de 2011

Soñar




-¡Rarefacciones urbanas! ¡Humor verde mostaza! ¡Flores radioactivas! ¡Triste pesadilla de amor radiografiado! ¡Contradicciones hervidas!

-Pues entonces deje de decirlas. - Grita una sombra antropomorfa.

-Pobres - piensa. En voz alta, a gritos, no sabe pensar de otra forma menos auténtica. -Todavía son esclavos de la palabra utopía. No han superado la revolución del miedo ni han visto la codicia sonriendo ante una mentira tan bien asimilada. Crédulos. Con una definición se sienten seguros. La utopía es para los que creen en ella. -Él, sin embargo, es ateo. Para él, el objeto que carga con este peso semántico es realidad en potencia. Él es la parte racional del movimiento browniano pandemizado.

lunes, 7 de febrero de 2011

Nuevas perspectivas



Caían como gotas y eso que el cielo estaba despejado. Solo necesitaba un misil que destrozara mi pequeño mundo a cada golpe de segundero. ¿Sólo?
Lo mejor de caer es que te levantas en otro sitio. Ojalá cada vez más lejos, más profundo, con menos fotones interaccionando. Espasmos de envidia. Iluminación arruinada. Cuando la repare los torbellinos serán multados por girar en sentido contrario. Todo por buscar algo que cree por mí mientras supero mis fantasmas. ¿Técnicamente arrebatado o fríamente inspirado?
Cronos se burla desde la única dimensión inconquistable.

Sin solución y listo para retar a mis subpartículas.

domingo, 6 de febrero de 2011

Huelga de colores



Puso un pie al otro lado de la puerta, luego el resto del cuerpo. Ya estaba fuera, listo para respirar, para limpiar esa pesadez cerebral que llevaba un par de horas ralentizando su mundo. Todo como consecuencia de un exceso de concentración. Baja las escaleras seguro de que el médico le habría recomendado un par de rumiatomiciles o algo por el estilo. Aspira hondo. Los últimos rayos rebotan en las hojas, las ramas se columpian, los niños se desgañitan y los perros gritan de emoción.
Hay algo distinto en el aire, quizás ha escrito demasiado y ahora debe atenerse a las consecuencias. Los colores son distintos de como solían hace un par de horas, pero también distintos en cada instante. Se da cuenta de que no son como los ve. Los colores reales "son los padres". Los que él ve son de verdad y todo gracias a los espejos en su cabeza. En fin, un mundo de colores, pero no visuales, esos son muy simples. Sus colores son multidimensionales. Quizás por eso se hayan convertido en algo aún más importante a partir de........ ahora!
Aaaaagghhh!!! Quiere parar de pensar. Que una extraña se detenga delante suyo, le bese y se marche, que un coche le pite cuando vaya a cruzar, que un balón pare junto a sus pies y tenga que devolverlo. Cualquier suceso que le distraiga será bien acogido.
No pasa nada, salvo el tiempo.
Parece que lleva un rato caminando y ya ha oscurecido. Estaba tan absorto comprobando la diferencia en tonos de cada segundo del ocaso que no se ha enterado. Llega tarde pero seguro que esperará. Le da igual, todo es una mentira. Salvo los colores. Ahora un rojo humeante con chirridos y monóxido, antes un verde suave con viento y humedad. Y todo se agolpa en su cabeza, sin espacio. Parece un armario a punto de reventar. Necesita una forma de drenarlo, algo que le sirva de aguja para conectar una vía. Un tipo que se meta dentro y organice un poco el asunto.
Va acariciando las paredes, nunca se sabe cuando te devolverán el favor. Una sonrisa preciosa le golpea en la cara. Eso no ayuda a llegar antes.
Más colores en la puerta del café. Espera. Ella llega, entran y se sientan. Hablan de mil cosas, importantes y no tanto. Su cabeza sigue viajando por colores.

- Naranja café con Mi dórico.
-¿qué dices?
-Lo siento hoy es día de colores.
-No te sigo.
-Déjalo, cosas mías, causas perdidas. Por cierto has leído...

Siguen hablando de versos de Mallarmé, de Breton, de viejos que pescan...
Se despiden. No es capaz de besarla pero no le preocupa, llegará el color oportuno otro día. Vuelve a casa por la calle vacía pensando en los tonos de París, de hace un segundo, de sus libros...
Tira el paquete de cigarros que le cogió a la chica bromeando a un contenedor. Salta con los pies juntos en un charco, saluda a una farola y se va a dormir. Es la única posibilidad que le queda hoy para escapar de un mundo multicromático.

sábado, 5 de febrero de 2011

Entre tics y jazz



El sol parpadea a través del cristal, le está pidiendo salir de allí. Solo guiños. Resignación. Fuera hace frío. Le gustaría encenderse un Camel pero decide oler otra vez el café con leche y un poco de azúcar. Nunca lo pide así. Será una ocasión especial, quién sabe. Meditando vuelve a coger el libro. Acaricia las hojas hasta llegar donde... Libro gris, como tantos otros, como casi todo, habla de cosas, cuenta cosas... Los libros le hacen sufrir, hoy más que nunca. Se siente atrapado en sus páginas. Una vez empiezas, la única salida se encuentra del lado de allá y no queda más remedio que andar todas las líneas. Un camino, habitual, lineal, seco, causal. Es lo que más le molesta, causal. Cosas que llevan a cosas, fulanos que influyen sobre cosas, cosas que recaen en fulanos... En fin, fulanos y cosas juntos y revueltos. Está seguro de que es la mayor broma de su cerebro, la asociación causal. La culpabiliza de perderse un mundo enorme de posibilidades y fantasías. Eventos extraordinarios se convierten en simples consecuencias. Un asco.
Levanta los ojos de las páginas, mira a la barra para indicar otro café y ahora por la ventana. Pasa una chica. Simplemente una chica. Podría haber acomodado la vista a la pantalla cristalina como sugería Ortega pero hoy es un rebelde y no un artista. Le mira. Se pierden unos segundos. El tiempo se dilata y contrae. Late. Respira. Segundos que parecen segundos pero en los que caben años. Miran para otro lado un poco nerviosos y la chica se pierde.
Se sorprende pensando cómo transcurre el tiempo para su cabeza. Le gustaría vivir siempre esos momentos en los que caben más instantes de lo habitual. Pequeños placeres aislados que es incapaz de asociar a una causa.
Llega el café. Sonríe a la camarera pero esta vez el tiempo pulsa regular. Lo huele y vuelve al libro. Letras amenazantes y palabras ridículas se ahogan mutuamente, el mundo es más. De fondo, un insulto, una grotesca caricatura de una gnosiénne, un maldito apaño new age. Sus oídos detestan distraerse con estos detalles pero una vez lo han hecho no hay vuelta atrás, deformación profesional. Según recorre las líneas se ve perseguido. Quizás por las consecuencias de otros capítulos o sólo por la mirada de la chica. Sigue. La música le desconcentra continuamente. Causas. Consecuencias. La chica. Miradas. Letras. Puntos. Satie. Palabras. La chica. Letras. Satie. La chica.
Cierra el libro jadeando. Ha terminado un capítulo intenso. No sabe si llevárselo o tirarlo. Finalmente decide que tendrá que cargar con él lo que le queda de tarde. Se acerca a la barra, paga y se marcha. Sale fuera.
En la puerta, conversaciones y humo. El sol parpadea. Un cigarro que se acaba de separar de la boca que lo aprisionaba en un desesperado beso para que no la abandone le guiña seductor. Echa a andar. No le apetecen cigarros. Solo andar.
Hace frío. Se divierte simulando que echa humo por su boca y ve como unos niños que caminan en dirección contraria hacen lo mismo. Mira su reflejo en el expositor de una tienda de trastos y se hace una mueca. Se ríe. Sigue andando. Da igual dónde. Si tiene un destino perderá interés por todo lo que vea antes de llegar. La imagen de la chica.
Para en la puerta de un bar. Escucha algo prometedor y entra sin dudarlo. Sin comprobar si todavía lleva dinero o solo el libro. El sitio está algo oscuro pero es un antro decente. Mesitas con papagayos hablando alrededor de cafés humeantes. Mucho murmullo. Un piano negro, de pared. El intérprete se sienta otra vez tras saludar.
Se descubre con un botellín entre los labios. ¿De verdad le apetecía? ¿Por qué lo ha pedido? Da igual. Empieza la música. No hay más grupo. Sólo acordes de jazz. Suena el tema Misty pero... Libertad. La imagen de la chica. A él también le gustaría tocar el piano. Está improvisando. Se pierde entre las melodías. Notas que palpitan independientes, dedos que acarician y se deslizan, polirritmias jadeantes, acordes de novena, manos que vuelan, respiración entrecortada, máxima atención, un clímax seguido de una breve pausa rellena por la resonancia del pedal. Y vuelta al tema inicial. Se descubre sudando.
Finalizado el concierto se acerca y acaricia el piano. Paga y sale fuera. El sol se ha ido. Consecuencias de la rotación terrestre. Le da igual. Ahora ya puede ver el mundo de verdad. Todo tics. Guiños, labios, miradas, imágenes, figuras, acordes... Todo mágico fuera de su causa. Ya vive al margen. Respira profundamente y se aleja canturreando.

"And I feel like I'm
Clinging from a cloud
I can't understand
I get misty"

Pisadas sordas. Saca un cigarro, lo enciende. Mira a la luna. Cuatro cafés. Le guiña un ojo y sigue caminando. En el fondo de su taza otro día y futuras promesas. Silba e inventa juegos de palabras. Pisadas sordas para el mundo.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Me gusta, no me gusta, ...


Me gustan:

El olor de la calle cuando ha llovido, el aire que acaricia, las sonrisas, los gritos del papel cuando es arrugado, las luces de la ciudad, el olor de un libro nuevo, las frases con muchos sentidos, la espuma del café, acariciar la hierba, los abrazos, los besos, quedarme en la cama recordando el último sueño, las miradas.


No me gustan:

El aire que abre los labios, las palabras, las cadencias perfectas, los nombres científicos, las clasificaciones, la espuma de la cerveza, las señoras que acaparan toda la calle, los niños que te llaman "señor", las hormigas que escalan por tu cuerpo, las frases lapidarias, los textos filosóficos mal estructurados, que suene el teléfono, los relojes.

Querido diario


Segundo día de terapia autorrecomendada.
No ha pasado nada digno de mencionar. Martillazos en otro piso, decisión palabrear lo que no merece ser dicho de otra forma. Reflejos en las hojas, notas que desesperan y conferencias biográficas sin fin. Sólo pido vivir. Quizás, cuando sea mayor, habré perdido este interés y me resignaré a ser yo el ponente. Punteo sobre nombres, ilusión, resignación, y veinte cañas. Atención. Fin. Y por último un borrador añejo descubierto entre pensamientos que ya no atormentan.

¿Cómo decides cuando las únicas dudas que tienes son estéticas?
Siempre debería ser algo visceral. Vomitado con cariño.
Pero la estética, ¿lo delata?
¿Como escoger en qué infierno plantas un árbol? da igual

Muy luminoso,(¿o iluminador?)

Debería consultar un espejólogo, pero creo que sólo tienen huecos Debussy y Kandinsky esta tarde.

martes, 1 de febrero de 2011

Espejo espejito...


Hoy es uno de esos días. No. Hoy es el día. Me he mirado al espejo y no he visto a un extraño, como todas las mañanas. Una cara, unos ojos, en fin, cosas que afeitar... Cosas de las que reírte pues no son tuyas. Tampoco le debes respeto a una burda copia que no respira colores.
El caso es que allí estaba yo, no sabía si debía desayunar o soñar con un nuevo tipo de comida para celebrarlo (el "predesayuno", la comida menos importante del día). Podía verme, pero de verdad. Es algo aterrador contemplarte, tan viejo, mientras el del espejo está tan joven.
-La única cirujía posible, en su caso, es la ilusión.- dijo el espejólogo - Aférrese a cualquier cosa y sueñe, pese a su precio. Pero sueñe de verdad, con verdaderos motivos y verdadera ilusión. Con doses de tréboles con La, Re y Mi (Fa sostenido no me apetece hoy, se lo dejo al otro).
Verse de verdad no es un logro, es suerte, ¿o quizás al revés?. Sobre todo no es el resultado de mirarse al espejo sino de mirar para otro lado y frecuentar espejólogos profesionales.

El espejólogo que me ha examinado se llamaba "El retrato de Dorian Gray", Cortázar tenía cerrada la consulta por un prólogo del editor muy largo.