lunes, 14 de febrero de 2011

Sintonizando



Saltaron desde Plutón sin codificadar. Se sentían televisores, pantallas a realidades imaginadas, mundos paratópicos, espacio soñado. Pero si había algo seguro es que también tendrían cielo. Es raro pero las personas siempre lo imaginan en sus microcosmos, quizás como signo de o como áspera caricia de, pero se aferran a esta posibilidad de existencia como si el gris les fuera en ello. Así se asomaron a sus pequeñas ventanas y se quedaron estupefactos al ver la programación. Eran sus vidas, sus televisores, pero algo completamente extraterrestre. Quizás por el pánico que les producía el fondo. La señal que recibían, incongruente, no sintonizaba con la idea que habían tenido siempre, no de lo que percibían sino de lo que transformaban, y aún así difería. Nubes sabor ron. Bocanadas de hojas. Y toda su vida, sus realidades, sus acciones… en fin, todo aquello que les definía era cielo en realidad. Escapaba entre sus dedos, se filtraba y empapaba sus entrañas dejando la piel seca. Siempre habían buscado trapos rojos y azucarillos en el suelo. La suerte sólo era resignación en potencia y su vida un decorado. Ellos eran algo más, estaban detrás y delante de la cámara al mismo tiempo mientras se grababan. Todo su mundo era un televisor y ellos un pedacito de cielo.

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